David Bowie como Ziggy Stardust

Hablamos a menudo de los grandes maestros de la literatura y cuando nos referimos al género de ciencia ficción, muchas veces hacemos referencia a su inclusión en el denominado Salón de la Fama de la Ciencia Ficción (Science Fiction Hall of Fame). De lo que prácticamente no se habla es de que en ese privilegiado lugar no sólo hay escritores, también artistas plásticos, cineastas e incluso músicos que han contribuido notablemente al género.

Hoy recordamos a uno de sus miembros más selectos, un artista inolvidable que posee día mundial propio (8 de enero) fallecido en 2016: David Bowie. Su Camaleónica Majestad o el Duque Blanco, como se le conocía, es uno de esos genios casi renacentistas, acaparador de saberes, maestro del rock y cuya influencia dentro y fuera de la música ha traspasado fronteras. Y una de las disciplinas a las que aportó luz fue sin lugar a dudas, la ciencia ficción.

Compartiendo lugar en ese Hall de la fama del género junto a Ursula K Le Guin, Joanna Russ o Frank Herbert entre otros muchos, Bowie comenzó su andadura con la fijación por el cosmos allá por 1969, con su célebre «Space Oddity», que publicó en julio de ese año haciéndolo coincidir con la llegada del hombre a la Luna (de hecho la BBC escogió esta canción para ambientar sus informativos especiales donde cubrían la noticia del alunizaje de Armstrong, Aldrin y Collins).

El rockero alienígena Ziggy Stardust, alter ego de David Bowie, vistiendo el famoso Tokyo Pop bodysuite diseñado por Kansai Yamamoto

Pero su hito dentro de la ciencia ficción musical más asombroso llegaría en 1972, con el álbum «The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars» (Auge y Caída de Ziggy Stardust y las Arañas de Marte). Considerado por expertos como uno de los álbumes musicales conceptuales más grandes de todos los tiempos, en él Bowie creó como un alter ego el personaje de Ziggy, un extraterrestre andrógino que llegaba a nuestro planeta para avisarnos de la destrucción cercana de nuestro mundo.

Ziggy, caracterizado por el diseñador japonés Kansai Yamamoto, uno de los artistas de la moda más influyente de los 70, que siguiendo las ideas de Bowie, ideó la imagen del personaje siguiendo la estética del teatro tradicional japonés kabuki. La narración musical contaba cómo Ziggy venía a la Tierra avisando de la muerte del planeta en cinco años (la famosa canción «Five Years») y pasaba a convertirse en un mesías del rock para salvarlo, aunque la corrupción humana hacía que cayese en desgracia.

Para esta ficción musical, Bowie se basó en novelas como «Forastero en tierra extraña», una de las obras cumbre de Heinlein junto a «Brigadas del espacio». Pero el hervidero de proyectos artísticos de Bowie no se quedó ahí: unos pocos años después, en 1976, rodaría la película que lo encumbró definitivamente como imagen de un ser cósmico de otro planeta, «El hombre que cayó a la tierra» (basada a su vez en la novela del mismo título de Walter Tevis).

Tanto la novela (1963) como la película (1976), se adelantan años a la amenaza palpable del cambio climático y trata temas como la sequía o el maltrato medioambiental. Bowie es un alienígena que busca transportar agua a su planeta, un futuro gemelo de la Tierra que sufre terribles sequías. Su carrera como actor protagonista comenzó con esta película, pero le siguieron muchos otros papeles icónicos, como su papel de un militar inglés hecho prisionero por los japoneses en la impresionante «Feliz Navidad, Mr Lawrence» o su interpretación como Nikola Tesla en «The Prestige. El truco final», uno de sus últimos papeles en cine.

En 2022 se publicaba el último álbum póstumo del artista, «Toy», coincidiendo con el que hubiera sido su 75º cumpleaños. En él grabó canciones de su primera etapa, previas a «Space Oddity».