Ilustración (detalle) realizada por Tom Kidd para la portada de Sherlock Holmes Through Time and Space (1984, Isaac Asimov, Charles G. Waugh y Martin H. Greenberg)

Muchos consideran el inicio de todo un género literario el día 6 de enero de 1854, en que nació uno de los personajes ficticios más célebres e inmortales de todos los tiempos: el irrepetible Sherlock Holmes. Según su creador, Sir Arthur Conan Doyle, Holmes nace en esta fecha tan señalada, convirtiéndose desde su aparición en el gran genio de la ciencia de la deducción, junto a su inseparable «biógrafo» y compañero personal, el Doctor Watson, veterano de la Guerra de Afganistán (la de 1878, entre Reino Unido y Afganistán).

De igual forma Holmes no sería tan célebre sin todos los personajes que le han circundado, desde Irene Adler, Mycroft Holmes o el mismísimo villano y genio del crimen, el matemático profesor Moriarty. Pero, ¿qué es lo que le hizo influir en la cultura popular? Muy probablemente son sus rasgos, fáciles de plasmar, con los que ha terminado protagonizando cientos de miles de pastiches de ciencia ficción y literatura fantástica.

Lejos de ser un robo, el pastiche (y más los que toman a Sherlock Holmes como protagonista o personaje) es un homenaje, un préstamo en la ficción que expande aún más un mito literario. Eso sí, el abuso del pastiche (como algunos expertos dicen que ocurre hoy en día con el cine hollywoodiense) puede llegar a suponer una destrucción de valores culturales. En cualquier caso, desde principios del siglo XX han llegado a escribirse más de diez mil pastiches de ciencia-ficción, fantasía o terror con Holmes como protagonista.

Evidentemente hay mucha hojarasca, mucha literatura pulp mala, de baja calidad, pero también hay auténticas joyas: desde Sherlock Holmes viajando en el tiempo, pasando por la investigación de realidades paralelas, Sherlock convertido en un androide o incluso mezclando universos ficticios para enfrentarlo a monstruos y villanos (de Jack el Destripador a Mr Hyde o la Momia) o para introducirlo en territorio propio de otros escritores. Por ejemplo, abundan las narraciones que mezclan a Holmes con el mundo literario de Lovecraft y su horror cósmico, porque ambos parecen casar bastante bien por época.

En cuanto a adaptaciones cinematográficas, la eterna pareja Holmes-Watson (que Doyle desarrolló siguiendo los arquetipos de héroe y ayudante asentados por el Quijote) ha protagonizado varias sagas, como la de Universal (1939-1946), donde ya se empezaron a reinventar las historias del gran detective: nosotros os recomendamos la maravillosa «Sherlock Holmes y la mujer araña», de 1944.

Posee otras sagas en el cine, como la de la Hammer, donde hasta Christopher Lee interpretó al inquilino de Baker Street. O incluso la famosa serie «Las aventuras de Sherlock Holmes», de 1984, donde muchos fanáticos dicen que Jeremy Brett interpreta al mejor Sherlock. Versiones posteriores abarcan desde Benedict Cumberbatch a Robert Downey Jr, sin olvidarnos de la versión Disney de «Basil el ratón superdetective». Pero en literatura no nos quedamos cortos, una de las más increíbles narraciones pastiche de Holmes está firmada por el gran Neil Gaiman y se titula «Estudio en esmeralda», parafraseando el título de la primera narración del personaje «Estudio en escarlata».

La ofrece en inglés el propio Gaiman en su web y aquí la tenéis traducida al castellano.